miércoles, 29 de julio de 2009

Cementerio Nuclear

El ministro Sebastián ha decidido convocar un concurso para adjudicar el cementerio nuclear español. ¡Me encanta la ingenuidad de los políticos! Casi, casi me dan un poco de ternura, si no fuera porque se dedican a gastar el dinero que me quita Hacienda.
Evidentemente los alcaldes de la oposición (cualquiera de ellas) no van a colaborar. Se juegan el chollo (perdón, el cargo). Incluso los de los partidos que se manifiestan pro-nucleares. Una cosa es estar a favor de la energía nuclear y otra que te llenen el patio trasero de material radiactivo. Y los alcaldes del propio partido de Sebastián deberían ser como su jefe: irracionalmente anti-nucleares. O sea, que tampoco.

Así que el concurso va a quedar desierto por falta de participantes.

Pero, supongamos, que hay incentivos especiales y alguien se presenta. Si hay algún asesor que sepa del tema y no sean todos amiguetes puestos ahí de favor, esto es lo que le diría al ministro:

No sirve cualquier sitio. En particular no sirven terrenos de aluvión, ni rocas sedimentarias, ni calizas, ni siquiera terrenos metamórficos tipo pizarra. Un cementerio nuclear debe garantizar que no haya agua en, por lo menos, diez mil años. Sí, ya sé que ahora están guardando los residuos nucleares en piscinas. Eso es debido a que están calientes. Pero, una vez que se han enfriado lo suficiente, deben almacenarse en un lugar que garantice que no van a contaminar las aguas subterráneas nunca. Y ese nunca es diez mil años mínimo.
Si quitamos todos esos terrenos, ¿qué nos queda? Pues nos quedan dos: los batolitos ígneos -montañas de granito, para entendernos- y los domos de sal.

Respecto a los domos de sal, son lo ideal. Si desde que se formaron no ha habido agua subterránea que los disolviera es lógico suponer que puede continuar así en el futuro. Un domo de sal que haya sido explotado por minería tradicional y que ahora esté agotado o en desuso, lo único que hay que hacer es ponerle una puerta bien gruesa, un sistema de vigilancia eficiente y empezar a meter los residuos radiactivos. Lo más fácil y cómodo posible.
En España hay un domo de esas características: en Cardona (Barcelona). Las minas de sal roca.
Me voy a saltar un montón de pasos y argumentos lógicos y voy directamente a la conclusión: si en cuarenta años nadie ha conseguido poner un cementerio nuclear en Cardona es que, simplemente, no está disponible. Así que vamos a tacharlo de nuestra lista.

Pasemos a las montañas de granito. En la sierra de Madrid hay a montones. Pero por similares motivos a Cardona, no están disponibles (¿Hay alguien capaz de enfrentarse a El Canal?). Y hay más problemas: primero, el granito es una roca muy dura, es muy costoso de excavar. Segundo, el granito es ligeramente radiactivo. Las casas construidas directamente sobre el granito deben tener cuidado con el radón. Ese gas, radiactivo, suele difundirse de las rocas graníticas y acumularse en entornos poco ventilados. Una mina -cementerio nuclear- en granito debería vigilarse doblemente y la seguridad de los trabajadores estaría doblemente comprometida.
Bien. Y si no es la sierra de Madrid, ¿donde? Podríamos buscar un poquitín más abajo, en los montes de Toledo. Allí, sin necesidad de esforzarnos mucho nos encontraremos con... ¡Cabañeros! Sí, es un Parque Nacional. Eso significa que no es necesario buscar un alcalde con ganas de progresar en el escalafón. Todos los grupos ecologistas se iban a echar encima de Sebastián, pero se le iban a echar encima de todas maneras, fuera cual fuera el lugar. Es un buen sitio, si uno busca una montaña de granito.
Pero Cabañeros tiene otro problema. Si un error estúpido e imperdonable se produjera, se contaminarían las aguas de toda la cuenca del Guadiana. Incluyendo Portugal. No creo que a Portugal le gustara mucho.
Cardona no. La sierra de Madrid tampoco. Cabañeros, improbable. ¿Qué nos queda?
Nos queda el Google. Sólo hay que abrirlo y teclear "de la sal". Yo lo he hecho y este ha sido el resultado:
-Poza de la sal, Burgos. Situado en el domo salino más grande de España.
-Cabezón de la sal, en Cantabria.
-Peralta de la sal, en Huesca.
-Saelices de la sal, en Guadalajara.
En todos ellos la extracción de la sal no se ha hecho por minería, sino introduciendo agua en el subsuelo y después extrayéndola saturada de sal. Esa técnica es muy cómoda pero, por otra parte, no garantiza la seguridad de los que están encima. En varios de estos pueblos pueden verse hundimientos debido a la sobreexplotación. Así que el ministro Sebastián haría bien, antes de prometer una o varias asesorías inútiles, enviar a los técnicos a hacer una ecografía del subsuelo.

Yo, si viviera en uno de esos pueblos, estaría atento. Por si acaso.

Aunque lo normal es que termine en nada. Como siempre. los residuos nucleares seguirán en las piscinas próximas al reactor, como hasta ahora. No se creará el cementerio nuclear ni se tendrán los huevos suficientes como para meter los residuos en bidones y tirarlos a la fosa marina más próxima. No es que sea una buena solución, pero es una solución. Aquí lo que se lleva es no hacer nada.

Y, para terminar, una curiosidad. Cardona NO es "Cardona de la sal" sino "Cardona de los Castellanos". Es decir, Cardona.
¡Hasta Septiembre!

jueves, 23 de julio de 2009

Animales en peligro.

Acabo de darme cuenta que, desde que empecé este blog, ni una sola vez he hablado de los pobrecitos animales en peligro de extinción. ¡Oh, Dios mío! ¡Menuda metedura de pata! Como si no fuera verde de verdad.
Así que, para solventar ese gran fallo, ahí van mis tres animales preferidos:

1. La mosca común. Sí, ya sé que no está en peligro de extinción. Pero si vives en Madrid capital, ¿cuándo fue la última vez que viste una mosca?
Vale, de acuerdo, replantearé la pregunta: ¿cuando fue la última vez que viste una mosca en Madrid?
Y el problema no son sólo las moscas. Tampoco se ven esas arañas patilargas que suelen poner sus telas en las esquinas de las casas. ¿Cuando fue la última vez que te encontraste una tela de araña en casa? Si viven en Madrid, claro.
Madrid es un ecosistema degradado, está claro. Y una de esas asociaciones ecologistas guerreras debería hacer campaña por la reintroducción de la mosca en Madrid.

2. Las mariposas. Este es un problema global, de todo el mundo. Resulta que ya casi no hay mariposas. Volviendo a preguntar: ¿cuando fue la última vez que viste una mariposa? Claro, igual que yo: en Faunia. Pero eso es trampa.
El problema es que, en cierta etapa de su vida, las mariposas no se llaman mariposas. Se llaman orugas. Y las orugas son perjudiciales para los cultivos. Así que mucho insecticida y adiós a las mariposas.
Una vez intenté cultivar patatas. Sin insecticida, claro. Pero me fui una semana a la montaña y al volver las matas de patatas habían sido comidas totalmente. No les quedaba ni una sola hoja. Las orugas son así.

3. Las ranas. Otro problema global. Cuando era niño, en mi barrio podías salir al campo y encontrar charcas llenas de cabezones (renacuajos). Ahora no hay ni charcas ni cabezones. Por no haber, no hay ni campo. Si además las ranas son muy sensibles a la contaminación y, por regla general, endémicas así les va. Están desapareciendo a gran velocidad y es bastante difícil evitarlo.

Así que tenemos insecticidas contra las orugas, desaparición de mariposas y ranas. Y de regalo la extinción de las moscas en las grandes ciudades. ¿Es eso suficientemente verde?
La cuestión es que, a la hora de recabar simpatías, nuestra información genética cuenta. Es mucho más simpático el lince, porque está mucho más próximo a nosotros. Por ejemplo: entre la rana y la mosca ¿cual escogerías?
Y has cometido un error: Las ranas se alimentan de moscas. No se trata de escoger.

jueves, 16 de julio de 2009

No te cortes, roba agua.

La última campaña de El Canal me está poniendo de los nervios.
Empezó con un hombre que lavaba la ropa en casa de su madre. Luego unos que se iban a veranear a casa del vecino. Ahora, que si cantas mal, puedes regar gratis tus plantas. Y no sé como continuará, pero mal, seguro.
Ya dije, en otro post, que a ciertos publicistas habría que colgarlos hasta que maduraran. Me mantengo en lo dicho: quien ha diseñado esta campaña es estúpido integral. Pero la cuestión es: ¿Quién es el imbécil directivo de El Canal que ha dicho adelante? Porque ese es peor: su capacidad mental es inferior a la de una mosca.
El mensaje de los anuncios es: "No importa cómo lo hagas, ahorra agua". Pero el mensaje de los anuncios es: "No importa cómo lo hagas, NO PAGUES EL AGUA". Porque ahorrar, lo que se dice ahorrar, no se ahorra en los anuncios. Lo que se hace es que pague otro.
Supongo que el mensaje subliminal que se quiere enviar es: "No bebas agua del grifo, cómprala". Lo que significaría menos del uno por ciento del consumo diario. Una familia de cuatro miembros consume menos agua de boca que el vaciado de una cisterna. Así que el mensaje subliminal es estúpido. Lo que se dice realmente es:
-No pagues agua, róbala. No pagues agua, sácala de una boca de riego. No pagues agua, que la paguen otros.
¡Ese sí que es un mensaje útil!

viernes, 3 de julio de 2009

GAROÑA

¿Qué puede hacer un gobierno empeñado en cerrar una central nuclear al que le explican, con suma paciencia, porqué no puede cerrarla?

Podría bajarse los pantalones y ampliar el ciclo diez años más, por ahora.
Podría "mantenella y no enmendalla", pasandole el coste a los consumidores, en plena crisis.
Pues no. Ha decidido postergar la decisión hasta la próxima legislatura. Si ganan los otros (¿el PP?), será su problema. Y ellos podrán protestar a gusto. Si son ellos mismos pueden prolongar la vida útil de la central sin tanto jaleo como ahora.
Porque la mejor manera de cerrar una central nuclear es no inaugurarla. O mejor, no construirla.
Dicen que es la energía más barata. Mentira.
Dicen que no contamina. Otra mentira. No emite dióxido de carbono, eso sí. Pero emite radioactividad, y la produce, y se acumula en el cemento y las piedras de la central.
Dicen que las energías renovables no son la solución. ¡Anda ya! Terminaremos en las renovables por el camino más duro, pero terminaremos ahí. Lo nuevo parece caro, hasta que se vuelve habitual. Entonces baja el precio.

Además, ¿quién ha dicho que la energía debe ser barata? Barato conduce directamente al despilfarro. No, no tiene porqué ser barata. Y ahora, con la liberalización de la energía eléctrica, deberíamos empezar a descolgarnos de las empresas eléctricas. Ir por libre, generar nuestra propia energía. ¿Métodos? Solar, viento, biomasa, alcohol, o todas a la vez.

Pero por volver al tema central de esta entrada: ¡Felicidades, señores del Gobierno! Han conseguido cabrear a todo el mundo.
Y es que en medio no tiene porqué estar la virtud. La virtud suele ser bastante extremista. En serio.