domingo, 29 de marzo de 2009

Energías Renovables (II)

Estábamos hablando de las alternativas al petróleo. Y en mi entrada anterior, tocamos el tema de los molinos de viento.
La otra alternativa en la que todo el mundo piensa es la energía solar.
Claro, cuando no hay viento, suele hacer calor. Son complementarias.
Pero, al igual que ocurría con la energía eólica, hacer que la energía solar funcione por la noche es ligeramente difícil. Tan difícil como mover un molino de viento sin viento. Y, lo malo, es que somos tan cómodos que queremos la energía justo en ese momento: luz para iluminar la noche.
En los sistemas pequeños eso se resuelve con baterías. Conozco una familia cuya casa no está conectada a la red eléctica y, a pesar de todos los problemas -bombillas de bajo consumo, frigorífico de gas, etc.- pueden pasar el verano aceptablemente.
Pero a nivel global, no es factible. Así que las empresas eléctricas ponen en marcha las centrales térmicas en los momentos de pico de alto consumo, que suele coincidir con la llegada de la noche.
Así que seguimos donde estábamos.
Por otro lado, las placas fotoeléctricas tienen otro problema añadido: el coste de fabricación se acerca peligrosamente al coste de la energía total generadas. Es decir, si una placa cuesta mil, en toda su vida estimada de funcionamiento generará energía eléctrica con un coste de mil doscientos como mucho. No son rentables.
Hay otras opciones, claro: usar el sol para generar energía térmica y después ésta reconvertirla en eléctrica. Ese es el principio del horno solar que estuvo funcionando en España unos años. Y otro experimento, más interesante, que colocó una larguísima chimenea en medio de La Mancha. El sol calentaba el aire que ascendía por la chimenea, moviendo un molino de viento mientras lo hacía.
Una idea original. Pero lo desmontaron. No debía ser rentable.
Y ahí está la clave de todo: la solución debe ser rentable. Porque si no lo es, las empresas esperarán hasta que lo sea, es decir, hasta que no quede ni gota de petróleo.

jueves, 19 de marzo de 2009

Energías renovables (I)

¿Porqué seguimos dependiendo del petróleo? Se va a terminar, antes o después, y ya va siendo hora de prepararse.
En realidad nos estamos preparando. La superabundancia de molinos de viento -algunos van y vienen en pocos meses- es una prueba de ello.
Pero las energías renovables tienen un problema. O dos.
Empecemos con los molinos de viento. Requieren una inversión inicial y un mantenimiento, pero, como ocurre con las centrales hidroeléctricas, el gasto de explotación es cercano a cero. Es una energía BARATA.
¿Donde está el problema? En que no se puede abrir o cerrar el grifo. En realidad cerrarlo es mucho más fácil que abrirlo. Un molino de viento puede ponerse al "pairo", perpendicular al viento y desaprovecharlo. Pero hacer funcionar un molino de viento sin viento es algo ligeramente más dificil. Sin solución, vaya.
Pongamos un día de canícula veraniega. No corre ni una brisa de aire. Conectamos nuestro aire acondicionado y... ¡vaya!, no funciona. Porque falta esa brisa de aire que lo haga funcionar.
¡Pues que lo resuelvan ya! ¡Ahora! ¡No voy a pasar calor por su culpa!
Solo que no es su culpa. Es la tuya, por irte a un sitio caluroso a pasar las vacaciones. Tus abuelos sobrevivieron sin aire acondicionado y tú, seguramente podrás hacerlo.
Y como se te ocurra siquiera pensar en la energía nuclear, tú y yo vamos a tener un problema...

martes, 10 de marzo de 2009

¡ESTÚPIDO!

-Hay dos tipos de estúpidos. Los unos dicen: "esto es viejo, y por lo tanto bueno." Y los otros dicen: "Esto es nuevo, y por lo tanto mejor."
John Brunner

lunes, 9 de marzo de 2009

Palabras necias

Últimamente estoy escuchando por la radio una cuña publicitaria en la que el padre de familia, en lugar del habitual grito: "¡A cenar!" utiliza el móvil para llamar al resto de la familia, dado que resulta muy barato con la oferta.
Barato no es exactamente igual a gratis.
Lo que coincide con otra oferta de otra operadora, esta en televisión, en la que unos amigos se llaman para pasar una velada "pizza y peli". También están en la misma casa y terminan sentados todos en el sofá y llámándose aún por el móvil para preguntar por la pizza y la peli.
Ridículo. Estúpido.
¿No hay alguna manera de volver a colgar a esos publicistas hasta que estén maduros? De algún órgano que les produzca dolor, preferiblemente.
Solo falta que alguien llegue a demostrar que las radiaciones que emite un móvil no son totalmente inicuas. O que depende de la frecuencia de uso. Hasta ahora, a pesar de las gratuitas afirmaciones en contra, se está empezando a sospechar para las antenas de las operadoras. Las de los móviles son mucho menos potentes, y mucho más cercanas. Lo uno por lo otro.
En "El jinete en la onda de shock", John Brunner hace que unas personas con cerebro puedan reorganizar el país y el gobierno. Y establecen tres variables para clasificar los trabajos-oficios. Según eso, determinadas personas tendrían que pagar el 90% de sus ingresos en impuestos: los publicistas, por ejemplo.
¡Qué buena idea! ¿Y si la adoptamos?