miércoles, 17 de junio de 2009

Estupideces veraniegas - I

Ahora, que llegan los calores, suele aparecer una queja en la sección de cartas de los periódicos gratuitos: "En mi línea de metro no hay aire acondicionado". Pobrecillos. Últimamente menos, porque Metro de Madrid está poniendo aire acondicionado en todos los trenes. Una solemne estupidez.
Empecemos por el principio:
El aire acondicionado, igual que los frigoríficos, sacan el calor -la energía calorífica- de un sitio para verterlo en otro. No exactamente el mismo, sino más, porque el trabajo necesario para hacer eso también produce calor. Los frigoríficos lo vierten en tu propia cocina, lo que en verano es un problema. Si estás acalorado y abres el frigorífico para refrescarte un poco estás haciendo el tonto, malgastando energía y calentando más aún tu cocina. Pero puedes sentir el fresquito.
Por otro lado, ¿qué tienen en común las catedrales y las buenas bodegas? Que al ser unos edificios tan grandes -y altos- con salida de aire en la parte superior, regulan su temperatura manteniendo un ambiente fresco incluso en los peores días de verano. A eso se llama "efecto cueva" y no es casualidad que las bodegas excelentes estén excavadas en la roca.
En una catedral, o en una bodega catedral, el aire se estratifica, con el aire caliente arriba y el frío abajo. En los momentos menos cálidos del día el aire fresco entra por la parte superior, mientras el calor escapa.
Pero volvamos a la cueva. ¿No es el Metro una cueva excavada por el hombre? Si lo dejamos en paz regula su temperatura a la baja, incluso aunque intentemos calentarlo con los motores de cientos de trenes y los calores de millones de usuarios. En promedio hay demasiado aire para tan poco calor generado. Y el aire caliente tiende a escaparse por las puertas y las rejillas de ventilación. De madrugada el aire frío entra, regulando la temperatura.
Pero eso no impide que, en la hora punta, alguien metido en un vagón totalmente cerrado y acompañado de un centenar de personas, pase calor. Así que ponen aire acondicionado.
El problema es que, cada minuto y medio o dos minutos, dependiendo de la línea, el tren se pasa medio minuto con las puertas abiertas vertiendo el aire frío a las vías. Un tren que está totalmente cerrado entre estaciones, justamente la zona menos contaminada de calor. ¿Porqué no diseñan una circulación eficiente, barata y limpia de aire en los vagones? Algo así como abrir un par de ventanillas en cada vagón.
No, hay que poner aire acondicionado, para que los quejicas sientan el fresquito.
Y si es lo mismo que enfriarse abriendo el frigorífico de casa y metiendo los pies, no importa. Lo importante es malgastar energía para nada. Entonces todos seremos un poco más felices.

No hay comentarios: